Mi experiencia estudiando ilustración Parte 2

Mi experiencia estudiando ilustración Parte 2 ¡Buenas! Os traigo la segunda parte de mi experiencia estudiando ilustración. Esta vez, es algo personal. Pero antes, tengo que meter algo de contexto. A raíz de que no estaba bien visto que estudiara Bellas Artes, decidí formarme en otra profesión que me gustaba: la robótica. Pero luego vi el temario que tenía la robótica y mi cerebro se murió. Así que opté por estudiar informática. Me gustaba mucho (y me gusta) ayudar a la gente y creía que la informática me daría oportunidades para poder independizarme. Y sí, así fue. Fue duro, porque justo, justo terminé los estudios en plena crisis de 2009, por lo que mis trabajos eran proyectos que duraban muy poco (unos pocos meses), pero, poco a poco, me fui forjando cierta reputación en la informática y, con mucho esfuerzo, llegué a ser técnica de sistemas. Desgraciadamente, se acumularon muchas experiencias negativas: machismo (desde el atender a usuarios y que me rechazaran porque “querían un informático de verdad” hasta ganar la mitad que mis compañeros varones porque patata), mal trato por parte de usuarios y jefes, y explicar y documentar programas y protocolos y que nadie, absolutamente nadie, supiera valorarlos y usarlos correctamente… Pues, al final, acabé con una depresión enorme. Hasta el punto de tener que medicarme para poder lidiar con el día a día. Pero, tras toda esa oscuridad, se alzaba una pequeña luz. Y vi que era factible el costearme los estudios mientras trabajaba. Así, me aceptaron en ESDIP para estudiar el master de Ilustración… pero la versión light, es decir, sólo iría a clase los sábados. Cierto es que aprendí un montón, conocí gente fantástica y tuve varios profesores que, aunque creo que no me recuerden, los tengo en muy alta estima. Pero creo que podría haber aprendido más si hubiera podido ir entre semana en vez de los sábados. Esto lo noté cuando pude apuntarme al master de Ilustración digital entre semana, que mis compañeros tenían más conocimientos que yo. Aun así, aprendí mucho y confirmaron algo que me animó mucho: todo lo que había ido aprendiendo por mi cuenta no ha sido perder el tiempo. Bien era cierto que tenía que mejorar, pero las bases eran bastante sólidas. Así que me tiré los dos primeros años del master aprendiendo ilustración tradicional. Durante el segundo año, además, me apunté al master de Creación de personajes y color digital, donde aprendí muchísimo, sobre todo de color digital. Ya, por último, cursé el master de ilustración digital, donde tuve que apretar las tuercas para estar a la altura que el resto de mis compañeros que iban a clase entre semana. Ni os podéis hacer una idea de la cantidad de malabares que tuve que hacer para poder entregar los ejercicios a tiempo más los extras que me imponía para mejorar. Como punto a destacar, decir que, como proyecto de fin de master, presenté tres libritos relacionados con Dungeons and Dragons: los libros de master y jugador de una campaña llamada “Bajo el cerro de los buitres” y el libro de arte, con todas las pruebas de color, siluetas, etc. Y, como recuerdo, lo imprimí todo. Gustó tanto que incluso vendí alguna copia y todo. Ojo. Consideré que ya tenía una buena base, así que busqué formación que me pudiera ayudar a enfocar todo lo que sabía hacia alguna de las metas que tenía en mente: editorial, juegos de mesa, videojuegos y cómics. Al final, me decanté por editorial y publicidad. Y, la verdad, fue una muy buena experiencia. Tuve un profesor al que admiro mucho, porque me dio muchísimos ánimos para continuar luchando por mi sueño de ser autónoma. En Editorial, aprendimos varios tipos de ilustración: ilustración didáctica (más infantil), ilustración narrativa, ilustración científica, cubiertas de libros, diseño de personajes, cómics, álbumes ilustrados y juegos de mesa. Como os podéis imaginar, me lo pasé pipa con cada uno de los proyectos que tuvimos que preparar. En Publicidad no me lo pasé tan bien porque fue donde conocí al que es ahora mi archienemigo: la ilustración vectorial. No puedo con la ilustración vectorial. No me gusta la ilustración vectorial. Pero hice proyectos muy interesantes, como diseño de carátulas de CDs, logotipos, mascotas de empresa, packaging, retratos… y he de confesar que, para este tipo de trabajos, lo mejor es utilizar la ilustración vectorial. ¿Y por qué? Pues por varios motivos: Cuando trabajas con vectores, puedes redimensionar la ilustración sin apenas perder calidad. Los diseños que se crean son muy exactos, por lo tanto, a la hora de cortarlos con láser, no suelen dar problemas. Hablaré de la ilustración vectorial en otra ocasión. Terminaré con este bloque de aprendizaje con la siguiente y última entrada. Puedes leer la anterior parte aquí. Comparte Comparte Comparte Comparte Support me! Copyright © 2023 The Art of IsiL MoonKiller. All rights reserved. info@isilmoonkiller.com

Mi experiencia estudiando ilustración Parte 1

Mi experiencia estudiando ilustración Parte 1 ¡Muy buenas! Hoy me gustaría hablar de mi experiencia estudiando ilustración y explicar la gran pregunta que se formula cuando comento que terminé mis estudios en marzo del año pasado. “IsiL, teniendo la edad que tienes, ¿cómo es que has terminado los estudios en marzo?” Bueno, me alegra que me hagas esa pregunta. Bien es cierto que llevo dibujando toda la vida. Una de las anécdotas que más me contaron de pequeña fue que me colocaba entre los muebles y la pared y pintaba tanto la parte de atrás de los muebles como en las propias paredes. Y recuerdo mudarnos y ver los muebles pintados. Y alguna pared también. Quise aprender dibujo, pero en casa no estaba bien visto la ilustración y Bellas Artes en general porque eso no me iba a dar de comer. Vaya, creo que esto es algo que a muchos de vosotres os es demasiado familiar, ¿verdad? Para que veáis lo triste y patética que fue al principio mi formación, decir que “aprendí ilustración” con una revista llamada ¡Dibus! Dentro, había minitutoriales de anatomía, pero enfocadas al manga. Más tarde, todos esos números se recopilaron y formaron parte de la colección de libros “Aprende a dibujar manga”. No es que fueran muy buenos, pero algo se me quedó. Por lo menos aprendí un poco a emblocar (emblocar es colocar elementos dentro de formas geométricas, como cubos o cilindros) y entendí un poco las proporciones. En el colegio, además, teníamos una asignatura que se llamaba Plástica y era, básicamente, clases de dibujo. Pero no eran clases de dibujo normales. Eran un poco… especiales. Solamente pintábamos con témperas, lápices de Alpino y Plastidecor y poco más. He de admitir que, al principio, no aprendía nada en clase. Hasta que nos enseñaron dibujo técnico. Ah, amigo, ahí la cosa se complicaba. Dibujo técnico es, en pocas palabras, un estilo de dibujo que se utiliza para dibujar planos, esquemas, croquis, etc. Y ahí fue cuando aprendí todo lo que sé de puntos de fuga y perspectivas. Ya hablaremos de eso en un futuro, porque tiene un poco de miga. Entre la revista, los pocos libros que podía sacar de la biblioteca del tipo Aprende a dibujar manga y el dibujo técnico fui aprendiendo cositas. Porque sí, en mi época era muy raro tener Internet en casa. En mi caso, tenía que ir a un cibercafé (que era básicamente un sitio donde podías tomar algo mientras estabas delante de un ordenador con Internet) y conseguir información. Pero en cuanto tuve Internet en casa, me puse con tutoriales que veía por ahí, sobre todo de la plataforma de DeviantArt, y fui puliendo cosas. En esa época, ya conocía al que es ahora mi marido, el cual me apoyó muchísimo cuando le comenté que me encantaría aprender ilustración y fue quien me empezó a regalar libros de arte, materiales como acuarelas, pinceles; y el que, en definitiva, me animó a que siguiera esforzándome para mejorar. Y, ya en 2017, conseguí acceder a una escuela de ilustración. Pero eso es otra historia que dejaré para otro momento. Comparte Comparte Comparte Comparte Support me! Copyright © 2023 The Art of IsiL MoonKiller. All rights reserved. info@isilmoonkiller.com

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